miércoles, 25 de abril de 2012

¿Son los monos más listos que algunos humanos?

Si un simio entrenado en el aprendizaje y un hombre compiten por resolver un puzzle, tengan por seguro que no tiene por qué ser el humano el ganador de la contienda. Visiones apocalípticas del futuro de la Humanidad, como las películas de la saga de «El planeta de los simios», invitan a pensar que los primates podrían relevarnos como especie dominante. «No sabemos qué pasará con la Tierra ni con el ser humano dentro de millones de años si continuamos con la exterminación de las especies», explica Pedro Pozas, coordinador y director ejecutivo del proyecto Gran Simio en España. De momento, la ciencia revela cada vez más habilidades de estos animales. En un estudio publicado en el último número de la revista «Science», investigadores de la Universidad de Marsella (Francia) revelan las habilidades lingüísticas de los babuinos. En él, los monos supieron distinguir las palabras con sentido de las que eran una sucesión de letras al azar. Durante un período de un mes y medio, los babuinos aprendieron a discriminar docenas de términos de más de 7.000 no-palabras con una precisión de casi el 75 por ciento. Estos hallazgos desafían la noción sostenida de que la habilidad para reconocer se relaciona fundamentalmente con el lenguaje. «Probablemente esto significa que la capacidad de procesar las palabras es un agente biológico universal», argumenta Stephane Dufau, uno de los coautores del estudio. «Lo que es un misterio es qué pasaría si los babuinos fueran entrenados durante varios años», afirma Dufau.
Capacidad de sumar Los grandes simios y el hombre procedemos de un ancestro común, y desde entonces hemos caminado paralelamente a lo largo de la historia de la Humanidad. Desde hace miles de años, el hombre ha compartido hábitat con los grandes primates y muchas poblaciones indígenas aún hoy los consideran como «hombres de la selva». «Pero a pesar de todo, la inteligencia es un producto de los genes y no todos los simios (al igual que no todos los humanos) tienen las mismas capacidades», argumenta Jesús Mosterín, profesor del Instituto de Filosofía del CSIC. «Aunque, a diferencia nuestra, los primates tiene limitaciones a la hora de innovar y crear cosas», prosigue Mosterin. Científicos del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Duke (Carolina del Norte) demostraron cómo estos animales pueden realizar sumas mentales con resultados similares a los de estudiantes universitarios. Los hallazgos arrojan luz sobre los orígenes evolutivos compartidos de la capacidad aritmética. Primatólogos de la Universidad de Tokio descubrieron que los chimpancés pueden comprender y predecir las conductas de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones y sus creencias. «Quizás los llamados grandes simios están más próximos al hombre; es el caso de los chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes», explica Ángela Loeches, decana de Psicología Biológica y Salud de la Universidad Autónoma de Madrid. De éstos, se han descubierto numerosas capacidades cognitivas iguales a las humanas, como el reconocerse en el espejo, la utilización de herramientas como martillos de piedra para cascar nueces, usar las hojas de los árboles como paraguas para protegerse de la lluvia, aprender el lenguaje de signos, etc. «Hay un grupo de chimpancés que han aprendido el lenguaje de signos humanos, se los enseñan a sus bebes y éstos hablan con sus cuidadores de esta forma», argumenta Pozas. «Es impresionante la capacidad que pueden tener, y algunos de ellos saben más de 3.000 palabras en signos, además de comprender perfectamente el lenguaje del país donde se encuentran», continúa. Pozas realizó hace años un estudio de observación con su hija, de cinco años, y una chimpancé llamada Kika, de cuatro. «Cada semana acudíamos al Safari de Madrid para ver a Kika. Nada más verse, mi hija y ella corrían al encuentro, se abrazaban y después se ponían a jugar a la pelota y a pintar como dos amigas», comenta Pozas. «Nunca podrán hablar, sobre todo por un problema físico que les impide vocalizar, ni estudiar como nosotros o realizar trabajos como construir viviendas, –argumenta Pozas–, pero su inteligencia en cuanto a retención visual, es más amplia que la nuestra, nos ganan en fuerza y habilidad, pero su aprendizaje es igual que el de un niño de cinco años. Ahí se estanca». «Bajo ningún entorno social o educativo similar al nuestro podrían ser igual que los humanos, ya que su capacidad para el pensamiento abstracto o para el simbolismo es limitada o inexistente», explica Loeches. «Nuestros cerebros no son tan distintos como cabría pensar, pero quizás esas pequeñas diferencias, determinan lo que nos hace humanos y singulares», finaliza la experta.

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